Aparecen el primer estudio -realizado en Holanda- donde se afirma que existe una relación directa entre las estaciones base de la telefonía de 3G y la aparición de nauseas y jaquecas en las personas que estuvieron expuestas a dicha estación.
Estos problemas de salud, si terminan de confirmarse con posteriores estudios, no significan que la telefonía de tercera generación vaya a sufrir un parón en su desarrollo, sino que tendrán que crear un protocolo de actuación y de seguridad para las personas encargadas de su instalación y mantenimiento. Igual que pasa con los centros de transformación de las empresas eléctricas.